En Bulgaria se ofrece un amplio surtido de souvenirs, incluyendo artículos de la industria ligera y artesanales. Puede ser un buen souvenir cualquier objeto de artesanía: talla en madera o en hueso, objetos de madera pintada, cerámica, íconos, cristales, ámbar, piel con ornamento repujado, objetos de metal artísticamente labrado - repujado, con esmalte о filigrana, así como artículos textiles de todo tipo, en particular, bordados, tapices, etc. Todos estos souvenirs los puede comprar en el centro de cada ciudad o haciendo un recorrido por diferentes lugares turísticos artesanos.
Un bonito regalo típicamente local puede ser el 'muskal' de aceite de rosas o el frasquito de agua de rosas. Bulgaria exporta más del 80% de la esencia de rosas del mundo y es el mayor proveedor de esta sustancia indispensable para la perfumería. El aceite se produce con los pétalos de las flores -tres toneladas y media son necesarias para extraer tan sólo un litro- que crecen en el Valle de las Rosas de Kazanlak, pero se puede comprar en todo el país. El 'muskal' es un pequeño contenedor de madera con una ampolla de esencia dentro, la que, por ser diluida y en cantidad minúscula, tiene un precio simbólico, a diferencia del aceite exportado al extranjero.
Lo más característico del mercado de souvenir búlgaro son los objetos decorativos en madera o cobre y las cerámicas (hay distintas escuelas tradicionales, entre las que destaca la de Troyán). Se pueden encontrar copias excelentes de los famosos iconos ortodoxos. Una Virgen (Bogoróditsa), un San Jorge (Sveti Gueorgui) o un San Demetrio (Sveti Dimitur) también pueden resultar un digno recuerdo del viaje a Bulgaria. De especial belleza y elegancia son los bordados tradicionales en los que prevalece el vivo color rojo, así como los encajes y todo tipo de artesanía textil.
Además, hay muchas pequeñas galerías de arte con piezas artesanales, escultura, pintura y joyería a precios muy accesibles. De particular interés son los mercadillos y las tiendas de objetos de época, donde se encuentran postales de hace un siglo, planchas antiguas, gramófonos con trompa y mucho más.
Por último, irse de Bulgaria sin por lo menos un CD de música tradicional sería una lástima: hay decenas de estilos que se pueden recomendar, desde las 'rachenitsa' y 'horó' (los bailes más característicos) hasta los coros de hombres de Bansko, las voces femeninas de la zona de Sofía, Dobrudzha, Tracia o Macedonia, los cantos épicos de los Rodopi, las gaitas ('gaidi') de la misma región, los violines y acordeones gitanos o los cantos de la iglesia ortodoxa.